Todo lo que va, vuelve. ¡Lo que emites hoy, lo recibirás mañana, es ley !

Es posible que hayas oído hablar de ese famoso efecto boomerang, que cuando es lanzado por alguien, vuelve a las manos del mismo.
¿Y el efecto boomerang? Todos los días estamos sujetos a esta acción y reacción: “todo lo que va, vuelve”, así que difunde amor y recibirás amor, difunde odio y el odio volverá a ti. Estas pequeñas acciones en nuestra vida diaria ocurren todo el tiempo, sin que nos demos cuenta.

Es posible que ya te hayas encontrado con una situación familiar como esta: algo se te ha caído del bolsillo y alguien te lo advierte, te lo entregas, así que das las gracias y involuntariamente luego te encuentras ayudando a los demás.

Esta otra persona ayudada por ti también siente este deseo cuando se encuentra con un caballero que tiene dificultades para cruzar la calle. Es la famosa frase: “Haz el bien, sin mirar a quién”.

Has pasado por esto en algún momento, ¿estás de acuerdo? Este es el “efecto boomerang”, y si te detienes a pensar, es muy rápido, “son pequeños gestos los que marcan la diferencia”.

Lo mismo ocurre con el efecto boomerang del mal. Si tiras de la alfombra de alguien, serás arrastrado por ella. Cuando arrojas basura en la calle, puedes ser atacado con tu propia basura, atrapado en una inundación generada por esta actitud o por alguien que fue testigo de tu acto.


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