Los problemas y las discusiones en las parejas son inevitables.
Las circunstancias que aparecen en el día a día son escollos, piedras en el camino que deben enfrentarse y de acuerdo a cómo se haga, la relación puede salir dañada o fortalecida.
Otro aspecto importante es que las personas van creciendo, dearrollándose y si este proceso no se corresponde en ambas personas, pueden generarse tensiones.
En algunos casos, las divergencias no son fácilmente solucionables y los caminos personales parecen ir separándose.
Promesas
Cuando las discusiones son cosa de todos los días, pueden ser un síntoma de que algo está mal. Las diferencias son inevitables, pero si las confrontaciones son inevitables y se repiten una y otra vez, es necesario analizar qué está pasando realmente.
No son raros los casos en que estas discusiones son siempre por los mismos motivos: en otros, “cualquier excusa es buena para discutir”.