Joven madre padece un fatal accidente automovilístico estando embarazada, quedó en coma y luego de 3 años despertó para ver a su bebé y poder decir adiós.
Corría diciembre del 2014 cuando Sharista Giles, una joven de 20 años y con un embarazo de 5 meses, volvía a casa después de un concierto cuando de pronto un accidente cambiaría su vida y la de su bebé para siempre.
Ella fue hospitalizada con lesiones muy graves y daño cerebral, que la dejaron en estado de coma a partir de ese momento. Aunque los médicos dudaban de sus posibilidades de recuperación, Sharista y su bebé seguían vivos y su familia confiaba en que su gran fortaleza les permitiría salir adelante.
Por decisión de los médicos, se optó por hacer nacer al pequeño con tan solo meses de gestación y necesitó cuidados super intensivos neonatales para que así pueda sobrevivir fuera del vientre de su madre. El bebé se fue recuperando poco a poco y comenzó a crecer y desarrollarse normalmente.
Por su parte, la joven madre aún se mantenía entre la vida y la muerte y su proceso de recuperación fue muy lento y casi nulo. Eso sí, cada que su hijo, el pequeño Leighton, la visitaba, la joven mujer daba muestras de recuperación, hasta que un día, Sharista abrió los ojos.