Muchas mujeres anhelan una boda de ensueño, ya desde su infancia. Está en su mente, en algunos casos desde muy pequeñas, la decoración, la música, la cantidad de invitados, las damas de honor, el vestido, el anillo, el baile con su príncipe, una boda grande, lujosa y con mucho estilo.
Otras, en cambio, piensan en algo más íntimo y discreto, con los familiares y amigos más cercanos.
¿Cuál prefieres tú? Aunque pueda resultar difícil encontrar una conexión, tu respuesta puede indicar si tu matrimonio será estable, feliz y duradero o si por el contrario, se dirige al fracaso.
“Hasta que muchos factores nos separen”
En las relaciones no hay garantías y mucho menos, por supuesto, en el matrimonio.
Estar muy enamorados no asegura el “hasta que la muerte los separe”. En el camino, hombre y mujer lidiarán con problemas de convivencia, que van desde los muy pequeños a los muy graves y varios aspectos en diferentes ámbitos que continuamente ponen a prueba la relación. La vida en común no es fácil y cuando nos casamos, lo hacemos con lo positivo y lo negativo, con las virtudes y defectos; nos unimos en matrimonio con nuestra pareja, pero también, en cierta medida, con su familia y sus circunstancias.