Ellos las prefieren “malas”. Es una afirmación que se respalda en algunas investigaciones que han demostrado que las mujeres “buenas”, sumisas, dóciles, las más tiernas, aquellas que se deshacen por ellos, entre las mujeres que ellos preferirían, precisamente, no se encuentran. En cambio, aquellas que son de armas tomar, las más intensas, que saben lo que quieren, dotadas de una personalidad más fuerte, esas son las que atraen al menos a la gran mayoría. Si es cierto que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer, puede que esta afirmación tenga mucho de realidad y no tanto de mito. Te contamos por qué.
A los hombres les encanta sentirse poderosos, demostrar que tienen a la mejor mujer y sobre todo sentir que tienen el control de la situación dentro de la relación. Sentir que son los que pueden los llena de orgullo. Sin embargo, a la hora de la verdad, el tipo de mujeres que puede con ellos, es el que más los atrae, por eso decimos, en estos términos, que se trata entonces de una verdad a medias.
De entre las mujeres dominantes, haciendo una revisión histórica, la más famosa y emblemática, justamente por este mismo motivo, es Cleopatra, la egipcia que gobernó con tesón y fue capaz de provocar guerras y de desatar las más aguerridas e intensas pasiones. Ella tuvo a sus pies al hombre que más amó y que arriesgó todo por ella. Podría bien ser este uno de los ejemplos más concretos de que todo lo expuesto no es desacertado.
Aunque a ellos siempre les entre todo por los ojos, pues son mucho más sensibles a lo visual que nosotras, no siempre se trata de unos pechos llamativos, un rostro bello, lo que verdaderamente hace que su atención perdure, pues, la belleza es efímera pero el carisma y la personalidad fuerte resultan mucho más atrayente.
También se da el caso en mujeres.
Por lo general ese chico al que llamamos malo, suele ser el más egocéntrico, pero, sin embargo, es a quien adoran todas las mujeres.
Suele ocurrirles a muchas mujeres, que deciden unir su vida a ese hombre bueno que lo da todo por ellas, que cede ante todas sus necesidades, que se arriesga por ellas y a quien ellas tienen a sus pies. Sin embargo, les queda en el tintero de la memoria un vestigio de aquel que les provocó un cambio radical en sus vidas, ese con el que sintieron que habría siempre un antes y un después en sus vidas, ese que les hizo sentir que están vivas. Es una paradoja eterna, y aunque en cuestiones de pareja jamás existan reglas exactas, esto es más frecuente de lo que imaginamos.
Algunas investigaciones arrojan datos al respecto
Un estudioso de la Universidad de Nueva México investigó por mucho tiempo sobre el tema, pero a la inversa, por qué ellas los prefieren malos.
El mismo expresó a la revista New Scientist: “Ser narcisista, impulsivo, arriesgado y prepotente parecen ser características de una estrategia evolutiva exitosa”.
En un trabajo de investigación para la que se reunió 200 personas entre hombres y mujeres, las mujeres expresaron que preferían a esos hombres de una personalidad mucho más fuerte, aquellos más inquietos, temperamentales, a los chicos malos. Los más tranquilos y dispuestos a todo por ellas, no entraban en el grupo de las preferencias.
Así mismo, la Universidad Bradley, Peoria, Illinois, realizaron algunas investigaciones de gran envergadura abarcando a unas 35 mil personas de 57 países. En este caso los resultados fueron obtenidos de ambos sexos. Para ellos como para ellas la preferencia por las personalidades más bravas, más intensas y dominantes eran las elegidas para formar pareja.
Para la percepción masculina, lo que en verdad digas con tu actitud y tu personalidad, es más atractivo que la ropa sexy que llevas puesta, y todo el trabajo que te llevó prepararte para acudir a la cita.
El hombre de ese carácter más intenso, el que siempre manda, es atractivo para ellas porque lo ven con más poder, con más autoridad, impone respeto. Muchas mujeres creen que los hijos que puedan tener con ese tipo de hombres tienen la puerta abierta al éxito y siempre serán ganadores.
Para ellos, las “mujeres malas” llaman su atención, pues piensan que tienen siempre un aire de misterio, algo por descubrir que puede sorprenderlos gratamente y eso les genera una química especial con ellas.
Las mujeres tranquilas, las buenas, ya lo han enseñado todo, son dóciles, se entregan con complacencia y están a los pies de aquel de quien se enamoran. Para ellos allí ya no existe el factor sorpresa. A ellas no tienen que esforzarse para conquistar, pues ya todo está hecho y todo está dicho. No deben pelear por ellas como podría ser por las malas en busca de un trofeo final.
Las “chicas malas” tienen…
El misterio
Intentar averiguar qué hay detrás de ellas, qué se oculta tras esa coraza de chica mala que lleva, es un atractivo incuestionable. El factor misterio tiene para ellos siempre un encanto especial, les genera todo tipo de incógnitas, la imaginación se intensifica.
Inalcanzables
Todo lo que será difícil, lo que les cuesta trabajo obtener, lo que implique un desafío, eso les encanta. Es el tipo de mujeres que representa para ellos un reto, una meta a la cual llegar. Cuando tienen la mesa servida al alcance de sus manos, no tiene el mismo atractivo.
Confianza en sí mismas
Son las mujeres seguras, que saben lo que quieren. La certeza de que se trata de una mujer que sabe a dónde va lejos de generarles temor, los invita a sumarse a sus desafíos.
Independencia
No necesitan de un hombre para salir adelante. Tienen la suficiente capacidad, certeza y fortaleza como para enfrentarse a la vida en cualquier circunstancia. Esa valentía también los conquista.
Las mujeres fuertes y de armas tomar, las decididas y dotadas de una autoestima que no les permite flaquezas, son las mujeres que muchos hombres prefieren tener a su lado, aunque en materia de relaciones humanas, nunca está todo dicho, nada está escrito.